Bonifacio
Bonifacio Alfonso es uno de los creadores más polifacéticos y desconocidos de su generación: prolífico pintor, dibujante sin igual y grabador de calidad sin límites.
Aficionado al dibujo desde su infancia, Bonifacio inició su trayectoria artística en 1955, año en el que obtuvo el primer premio en un concurso de pintura en San Sebastián, su tierra natal. Se decidió por la pintura después de dedicarse a varios oficios en su juventud: botones, aprendiz de herrero y de ebanista, mandadero, pescador de bajura, pinche, pintor de brocha gorda y músico de jazz. Incluso lidió veinte corridas con picadores como novillero. Dolores Fernández Nieto, su madre, solía decir: "¡Ay, hijo mío, hijo mío, eres aprendiz de todo y oficial de ná!"
En 1958, celebra su primera exposición individual, que tuvo lugar en el Ateneo de Guipúzcoa de San Sebastián. En Bilbao expondrá en la Sala Grises a partir de 1966.
Posteriormente, animado por Fernando Zobel, en 1968, decide trasladarse a Cuenca, donde entabla una estrecha relación con artistas de la época, como José Guerrero y Antonio Saura que será fundamental para su evolución artística. A partir de mediados de los 70 y a principios de la década de los 80, de la mano de la Galería Juana Mordó, Bonifacio consigue un lenguaje tan personal que le convierte en uno de los pintores más genuinos de su generación.
Con más de una treintena de ediciones originales, la calidad y originalidad de su producción le lleva a ser galardonando en 1993 con el Premio Nacional de Grabado. En 2005, recibió el Premio Nacional de las Artes de la Comunidad de Madrid.