Christina Zimpel
Perth, 1961
El singular lenguaje pictórico de esta artista australiana es audaz y refrescante. Sus obras parecen flotar en un espacio imaginado, donde traza con su pincel llamativas figuras saturadas de color, cuyas poses y peinados son cruciales para el conjunto de la imagen. Rostros, cuerpos o incluso algún bodegón cobran vida desde un estilo confiado, aunque minimalista. De algún modo, estas grandes franjas de color parecen cargados de emoción y de un deseo desenfrenado de romper las reglas de la pintura figurativa. Este deseo lo atribuye a su juventud en Australia, en los años 70, y a las enseñanzas folclóricas de su madre húngara, que se reflejan en el alma de estos cuadros.