Felicidad Moreno
Felicidad Moreno comienza su trayectoria en los años ochenta, convirtiéndose su pintura en una de las más renovadoras del momento. Si bien sus primeras obras se enmarcaban en la abstracción geométrica, más tarde, entre 1985 y 1989, comenzó a trabajar en series donde además de las líneas curvas predominaba el contraste entre el blanco y el negro, como si de una metáfora de la dualidad luz-oscuridad se tratase.
Sin embargo, la suya es una trayectoria no lineal, que gira en torno a unas constantes plásticas, con los mismos elementos recurrentes que se repetirán a lo largo de todo el desarrollo de su obra: la luz, el movimiento y el contraste en torno a figuras con claras alusiones a formas astronómicas o microscópicas.
En la actualidad, sus principales aliados son el color y la expresión del movimiento. En sus lienzos, los colores aparecen en brillantes gamas que se alejan de las paletas más naturalistas, y que se extienden por la superficie aplicando técnicas como el dripping y el estarcido. Sin embargo, después de experimentar, Felicidad Moreno no siempre dará por válidas todas sus creaciones, y reutilizará sus lienzos con obras fallidas dejando que éstas se transparenten en algunas partes. Sin duda, es pintora de lo imprevisto.
Su obra figura, entre otros, en diferentes museos y colecciones destacados dentro del panorama nacional, como son el MUSAC de León, el Museo Patio Herreriano de Valladolid, la Colección de Arte Contemporáneo LA CAIXA, la Colección Banco de España, la Colección Caja de Burgos CAB y la Colección ARTIUM de Vitoria. Especialmente destacable fue su participación en la exposición colectiva “Lo[s] Cinético[s]” celebrada en 2007 en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, así como las individuales “hipnÓptico” en el MUSAC de León y “Mundos Dibujados” en el Patio Herreriano de Valladolid.