Piedra, tela y arena
Tras haber reunido la obra de ambos artistas en varias ocasiones tanto en proyectos en la galería como en ferias, esta vez Susana Solano y Simon Callery se unen en un entorno único como es la Iglesia del Monasterio Cisterciense de Santa María de Bujedo de Juarros, en Burgos.
Mientras que Callery participa con dos de sus "flat paintings" en este diálogo, Solano ha llevado a cabo una instalación efímera titulada "Fragmentos y vínculos" concebida específicamente para el lugar.
Destaca Mariano Navarro en su texto "Invitados pertinentes" que "ciertos detalles biográficos emparentan a Susana Solano y Simon Callery. Su formación escultórica y un éxito relativamente temprano. Sin embargo, sus orígenes son curiosamente inversos, Solano se inició en la práctica de la pintura para pasar casi inmediatamente a la escultura. Callery, aunque empezó con la pintura tuvo una formación fundamentalmente escultórica, que trasladó inmediatamente a graduarse a la pintura".
Encontrará información práctica para su visita a través de este link.
El británico Simon Callery es nuestra última incorporación al equipo de artistas de la galería. En esta 12ª edición de APERTURA Madrid Gallery Weekend 2021 presentamos su primera exposición individual en España. Las obras de Simon Callery ponen énfasis en la materialidad y, a menudo, se realizan en contacto directo con el entorno, aprovechando las superficies que componen el paisaje... Leer más
Susana Solano nace en Barcelona en 1946, donde estudia Bellas Artes y entra en contacto con el mundo del arte a través de la pintura. Licenciada en 1976, inicia un breve recorrido pictórico que acaba por llevarla a la escultura a principios de los 80, registro que utilizará en su trabajo hasta la actualidad. Este acostumbra a relacionarse con el postminimalismo, así como otros escultores destacados del Estado español como Julio González, Jorge Oteiza o Eduardo Chillida. El hierro y el mimbre son habituales en su obra, aunque... Leer más
Con las puertas cerradas, la iglesia está a oscuras y nos hallamos con las obras de arte con iluminación tenue. La única luz que se introduce en este entorno es la luz amarilla parpadeante que arrojan las llamas de las velas de la obra de Susana Solano, de 10 metros de longitud, situada en el suelo. Las velas se colocan en grupos en una secuencia de cubetas de hierro galvanizado ligeramente elevadas y llenas de arena roja. Al pasar su mano directamente por la arena, la artista ha dejado un rastro de marcas, surcos y toques que establecen una relación visual con el detalle del suelo de piedra de la iglesia. Uno de los extremos de esta obra se encuentra en la oscuridad mientras que el otro llega a un punto de la nave en el que entra un haz de luz natural a través de una puerta de cristal. Las velas son elementos simbólicos de los ritos religiosos que esperamos encontrar en una iglesia católica, pero las llamas que producen estas velas ahora funcionan como material para la escultora. La luz de las velas ilumina la arena roja que tiene su eco en los otros rojos y naranjas de las piedras de la iglesia, en las dos pinturas de Simon Callery y en los rastros de sangre en la frente de Cristo en el cuadro de Zurbarán.
La arena, la piedra y la tela son los materiales que unen a los artistas y a la arquitectura en esta exposición. Se han utilizado por razones muy diferentes, pero si somos sensibles a la materialidad, establecemos las conexiones que revelan las preocupaciones compartidas subyacentes y el terreno común.